A raíz del Barómetro Juvenil de Vida y Salud realizado por la FAD y la Fundación Mutua Madrileña, en el post de hoy hablamos sobre la depresión en adolescentes.
En este estudio se presentan datos sobre la salud física y mental de los jóvenes y sus hábitos de vida.
Entre estos datos destacamos, 3 de cada 10 españoles de entre 15 y 29 años, es decir, más de dos millones de personas, dicen haber sufrido algún síntoma relacionado con algún trastorno mental en el último año. Siendo mayor el porcentaje de chicas (33%) que el de chicos (23%).
Los síntomas predominantes son: cansancio y falta de energía (29%); problemas de sueño (26%); desórdenes alimenticios (23%) o sentimiento de fracaso (19.3%), entre otros.
Según los síntomas que describen, el 21.6% de jóvenes españoles presentaría cuadro de sintomatología depresiva moderada (15.3%) y moderadamente grave / grave (6.3%).
De todos estos jóvenes que notaron estos síntomas, solicitó asistencia sólo la mitad de ellos. Los que sí la solicitaron, el 29 % acudió al psicólogo, el 20,4% al médico de cabecera y el 13,6% al psiquiatra.
Estos datos obtenidos, sin duda, son llamativos y más, porque en la mayoría de los casos, los jóvenes no piden ayuda profesional, pudiendo afectar a su bienestar y calidad de vida.
Los motivos por lo que no solicitan ayuda profesional pueden ser varios: el estigma social de ir al psicólogo y la creencia de que al psicólogo se va, cuando uno «está loco», miedo a que los demás sepan que lo está pasando mal, no querer preocupar a su familia, desconocimiento de lo que es una terapia psicológica…
¿Qué es la depresión en adolescentes?
Debemos tener claro que la adolescencia es un periodo de cambios y en la mayoría de los casos, difícil tanto para el adolescente como para los padres.
La depresión en adolescentes viene acompañada por una fuerte sensación de tristeza y desesperación y, en muchos casos, de ira. Estos síntomas pueden ocasionar grandes problemas en la personalidad del joven, que se está formando y consolidando en esta etapa.
Afecta a la forma en la que el joven piensa, siente y actúa, pudiendo ocasionar problemas emocionales, funcionales y físicos.
Los adolescentes necesitan a sus padres, profesores u otras personas relevantes, para que le ayuden a reconocer su sufrimiento o malestar y pedir la ayuda necesaria.
Existen una serie de factores que debemos tener en cuenta, que puedan afectar o predisponer a la aparición de la sintomatología depresiva. Entre estos factores encontramos, trastornos del estado de ánimo presentes en la familia, vivencia de una situación estresante para el adolescente (separación de los padres, muerte de un ser querido….), el ambiente familiar y social del joven, tener una enfermedad crónica…
Síntomas
Como ya hemos dicho, la adolescencia es una época de cambios, de transición desde la niñez a la edad adulta. Los adolescentes reclaman su independencia, se enfrentan a cambios físicos, reivindican su lugar en el mundo…
En muchas ocasiones parece que el adolescente está enfadado, por lo que es necesario distinguir entre el mal humor típico del adolescente y la depresión.
El adolescente con depresión no suele parecer triste ni suele aislarse, la irritabilidad y la cólera son los síntomas predominantes.
Los síntomas más característicos son los siguientes:
- Irritabilidad frecuente con brotes repentinos de ira.
- Dificultad para concentrarse y tomar decisiones.
- Mayor sensibilidad a la crítica.
- Quejas somáticas (dolores de cabeza, dolor de estómago…)
- No disfrutar de las actividades que por lo general le gustan.
- Sentirse cansado durante gran parte del día.
- Sentimientos de tristeza o melancolía.
- Problemas para dormir (insomnio o dormir demasiado).
- Cambios en los hábitos de alimentación.
- Hábitos no saludables (alcohol, drogas…)
- Agitación o inquietud.
- Sentimientos de inutilidad y culpa.
- Falta de motivación.
Consecuencias de la depresión en adolescentes
Los adolescentes ante su dolor emocional tratan de hacerle frente manifestando una serie de comportamientos y actitudes rebeldes que son, en sí mismos, las señales de la depresión.
Encontramos una serie de consecuencias o efectos en los que se manifiesta la depresión:
- Rendimiento escolar: como hemos hablado en los síntomas, la falta de concentración y la pérdida de energía pueden estar presentes, por lo que influirán en el rendimiento del adolescente, provocándole frustración y, en algunos casos, pudiendo dejar de acudir a clase.
- Actividades y entornos poco saludables: muchos de los adolescentes que sufren depresión, huyen fuera del hogar para buscar ayuda, llevándoles en muchas ocasiones a entornos poco saludables (ej: grupos o páginas en internet…). Con el fin de buscar otra realidad alternativa.
- Hábitos poco saludables: como fumar, beber, consumo de drogas, sexo inseguro… con el fin de evadirse de la situación de malestar en el que se encuentra.
- Problemas de alimentación: en muchos casos pueden derivar en problemas relacionados con la alimentación, ya que en esta etapa evolutiva, el aspecto físico adquiere gran importancia.
- Intentos autolíticos: con el fin de calmar el malestar que sienten.
- Actitud violenta: las explosiones de ira están presentes en adolescentes que sufren depresión, por lo que en muchas ocasiones no son capaces de manejar la ira de forma correcta y presentan conductas violentas con su entorno.
- Conflictos familiares y dificultades en las relaciones: las distintas relaciones tanto con la familia como con su entorno pueden verse afectadas.
- Suicidio: igual que pasa en la depresión de adultos, existe una relación entre depresión y suicidio, al sentir la persona que lo sufre, que no hay salida o solución a como se siente.
Prevención y pautas para el adolescente y para los padres
Podemos tener en cuenta una serie de estrategias para prevenir la depresión en adolescentes. El propio adolescente como los padres pueden poner en marcha las siguientes pautas:
- Comprensión por parte de los padres, escuchar lo que nos quieres decir, pero no aleccionar.
- No ignorar el problema.
- Enseñarle estrategias para hacer frente al estrés, lo que aumentará su autoestima y su resiliencia.
- Animarle a expresar emociones, pensamientos, sensaciones y validarlas, no juzgarlas.
- Buscar el apoyo de familiares, amigos y personas cercanas al joven, brindándole apoyo incondicional. El adolescente deprimido no debe aislarse.
- Elogiar sus fortalezas y proporcionarle refuerzo positivo (no necesariamente material).
- Fomentar la actividad física.
- Mantener hábitos saludables de alimentación y sueño.
- Evitar hábitos no deseados.
- Limitar el uso de las redes: en estudios recientes, el aumento de la depresión en jóvenes está asociado al abuso de las redes ya que para muchos, «ser popular» se ha convertido en su máxima aspiración
- Pedir ayuda y acudir a terapia tan pronto como se detecten los primeros síntomas para que no vayan a más.
Para los padres, recordad, el apoyo, el respeto, la comprensión, la empatía, la paciencia, el ánimo, el cariño y el amor son las mejores armas y pueden ayudar a tu hijo a superar la depresión. Recuérdale que no está solo y que todo tiene solución.
Tratamiento
El tratamiento para la depresión en adolescentes puede ser, mediante antidepresivos, mediante psicoterapia o una combinación de ambos.
Para la administración de antidepresivos debe consultar con un médico de cabecera o un psiquiatra quien será el que aporte toda la información necesaria en cuanto a composición, administración etc.
En cuanto a la psicoterapia, la mayoría de los adolescentes con depresión se beneficiarán de ella.
El adolescente aprenderá estrategias de afrontamiento, conseguirá entender lo que le pasa, se hará más consciente de sus síntomas, hablará de sus preocupaciones, sentimientos y problemas.
Asimismo, cuando existen conflictos familiares, se puede llevar a cabo una terapia familiar.
La victoria siempre es posible para la persona que se niega a dejar de luchar. Napoleón Hill.