Después de muchos años sintiéndote mal decidí coger el toro por los cuernos y ponerme en manos de un psicólogo, a pesar de que yo era bastante escéptica con el tema. Fue entonces cuando acabé yendo a terapia con Triana. Ese día cambió mi vida. Aunque pueda sonar a anuncio de televisión, tengo que decirlo, pues ahora miro hacia atrás y me doy cuenta de lo mal que estaba y lo mucho que ha cambiado todo, me cuesta creer que yo haya pasado por algo así, en primera persona.
El camino no fue fácil. El acudir a terapia no significa que mi psicólogo vaya a arreglarme la vida, no. Soy yo quien tiene que hacerlo, pero poco a poco y con el trabajo de ella, las cosas fueron cambiando y ella me ayudó muchísimo a darme cuenta de cosas muy importantes que yo no había apreciado. Fue una guía imprescindible en muchos aspectos.
En resumen puedo decir, que hoy en día sigo utilizando muchas cosas que aprendí de ella, que ya no tengo que estar pendiente de si me encuentro mal o me siento inferior a nadie, que la vida sigue teniendo muchos baches pero he aprendido a hacerles frente y que siempre me acordaré de la persona que me ayudó a salir del abismo en el que me encontraba. Triana, eternamente agradecida.