El Mindfulness y meditación como herramientas para darle un descanso a nuestro cerebro.
La mayoría de nosotros en muchos momentos desearíamos tener un botón de OFF en nuestras cabezas y que por un momento dejara de atormentarnos con pensamientos de todo tipo, impidiendo centrar nuestra atención en las cosas realmente importantes y en lo que queremos.
Es posible adquirir un estado de consciencia natural y serena, que nos permite liberarnos de la influencia de esos pensamientos.
Mindfulness y Meditación
La práctica que nos facilita esta liberación es el Mindfulness.
Mindfulness (atención plena) es una práctica de meditación budista que cuenta con más de dos milenios de existencia.
El proceso psicológico básico en el que se fundamenta es la atención.
Como proceso psicológico básico, la atención es universal y tiene que ver con la naturaleza de la psique humana antes que con determinadas ideologías o religiones, motivo por el cual todas las personas pueden practicar mindfulness.
Aprender a pararse (serenarse) y ver (contemplar estando presente) nos ayuda a equilibrarnos, a ser conscientes de lo que somos en cada momento y a tener una vida más plena.
Matthew Johnstone presenta su guía de 16 pasos sobre como practicar Mindfulness y Meditación:
1- Durante un período de 24 horas podemos procesar hasta 70.000 pensamientos, incluso mientras dormimos. Cada día contiene 86.400 segundos, por lo que equivale a un pensamiento diferente cada 1,2 segundos, ¡tu cerebro nunca se detiene!
2- Si no se controla, este incesante parloteo puede convertirse en un coro de la autocrítica y la culpa. El pensamiento negativo puede llegar a ser mucho más dominante que el positivo y de apoyo.
3- Estos pensamientos tienden a quedarse y ser repetitivos, conducen a la ansiedad, la depresión y el agotamiento. Sólo liberándonos de ellos podemos crecer más tranquilo, más centrado, más presente y más feliz.
4- La meditación ha demostrado su eficacia para aliviar el estrés, mejorar el metabolismo, reducir el dolor, disminuir la presión arterial y mejorar la función cerebral. Cualquier momento es genial.
5- Nos colocamos sobre una silla firme pero cómoda. Tratamos de colocarnos en la sala más tranquila de la casa. La luz debe ser suave.
6- La postura debe ser recta y simétrica. Piensa en una guardia de Buckingham Palace – alerta pero relajado. Pon las manos sobre tu regazo y mantén la cabeza alta.
7- “Aislémonos” de todo (móvil, familia…).
8- Encuentra un punto en la pared delante de ti. Haz seis respiraciones profundas, suaviza su enfoque y cierra los ojos. Céntrate en los sonidos fuera de la habitación. A continuación, lleva tu atención a los sonidos dentro de la habitación.
9- Ahora, escucha los sonidos dentro de su cuerpo – la respiración y los latidos del corazón. Aquí es donde debería estar su atención, dentro de ti mismo. No pienses, sólo céntrate en tu respiración.
10- Sigue pensando en la respiración. Imagina que tu nariz es como un faro. Si sientes que estás perdiendo el enfoque, concéntrate una vez más en tu respiración. Sólo mantén la respiración de forma agradable, lenta y constante.
11- Es un hecho bien conocido que la sonrisa ayuda a liberar endorfinas (relajante natural del cerebro), por lo que, mientras te relajas imagínate con una sonrisa suave.
12- Lo más importante es no enfadarse con uno mismo. Los pensamientos durante la meditación puede ser la forma de liberar el estrés.
13- No perseguir estos pensamientos, juzgarlos o rechazarlos. Simplemente reconocerlos, y luego dejarlos ir.
14- Cada vez que respiras, piensa en tus pies echando raíces en el suelo. Este pensamiento te sirve como ancla y te mantiene centrado.
15- Después de 20 minutos aproximadamente (al principio empezar por 5 minutos e ir aumentando progresivamente), devolver gradualmente la conciencia de nuevo a la habitación. Cuando estés listo, toma algunas respiraciones profundas, llena los pulmones y suavemente abre los ojos.
16- Antes de levantarte, piensa acerca de lo tranquilo que te sientes en este momento y siéntete orgulloso por tu tiempo de meditación.
“El futuro nos tortura y el pasado nos encadena. He ahí porque se nos escapa el PRESENTE”. Gustave Flaubert.