Seguramente hayas identificado distintos momentos en tu vida en los que has dejado de hacer cosas importantes para ti. El miedo al cambio y la anticipación de que algo malo podría pasar, te ha bloqueado. Situaciones como un cambio de trabajo, el inicio de un nuevo proyecto, dejar una relación o cuidar tu alimentación, son ejemplos de autosabotaje.
Estas dinámicas son bastante frecuentes y muchas veces no somos del todo conscientes de ellas. También pueden existir circunstancias que influyen a la hora de llevarlas a cabo, pero en la mayoría de los casos, somos nosotr@s nuestro propio obstáculo.
Podemos definir el autosabotaje como la tendencia a obstaculizar un@ mismo@ la consecución de sus propias metas y objetivos. Suele ser inconsciente y aparecer en momentos que implican una gran responsabilidad y que suponen grandes cambios, retos y toma de decisiones.
Cuando la persona se enfrenta a este tipo de situaciones suele sentir miedo e inseguridad entre otras cosas. Esto es normal, por eso, no siempre ponemos en marcha conductas de autosabotaje ante este tipo de situaciones. Aparecen cuando queremos evitar un posible sufrimiento futuro y nos dejamos llevar por nuestros miedos y creencias irracionales.
Tipos de autosabotaje
Las formas más frecuentes y habituales de autosabotaje son las siguientes:
- Procastinar: o dejar las cosas para el último momento.
- Poner excusas: solemos utilizar frases como «no tengo tiempo», «tengo muchas cosas que hacer», para no llevar a cabo nuevas tareas.
- No acabar las cosas o dejarlas a medias: seguro que tod@s hemos dejado alguna vez planes y objetivos a la mitad, por ejemplo una dieta, aprender un nuevo idioma, el gimnasio, etc.
- Perfeccionismo: cuando una persona es bastante perfeccionista le resulta complicado avanzar y terminar una tarea. Puede llegar a pensar que nunca estará perfecto y ni siquiera lo intente, o que lo intente pero que se quede atrapad@ sin poder avanzar debido a continuos cambios y revisiones.
Todas estas formas de autosabotaje tienen en común el miedo al fracaso, a no llegar, a juzgarnos y a que nos juzguen y a utilizar la huida y/o evitación como estrategia de afrontamiento de la situación.
¿Cuáles son las causas?
Seguramente te estés preguntando por qué caemos en este tipo de «trampas mentales» que son capaces de dejarnos bloquead@s sin lograr nuestras metas y objetivos.
Las causas son variadas y será clave identificar cuáles son, para conocerlas, trabajar sobre ellas y conseguir así, lo que nos propongamos. Entre las causas más frecuentas están:
- Miedo al fracaso, al cambio y al juicio de los demás.
- Baja autoestima e inseguridad.
- No tener claro lo que queremos, nuestras metas y objetivos, así como problemas para priorizarlos.
- Creencias limitantes hacia un@ mism@, su valía personal y el éxito propio.
- Falta de motivación.
- Metas y objetivos que no son nuestros, que vienen impuestos por otras personas.
Todas estas causas ponen de manifiesto aquellas creencias, miedos y aspectos de nosotr@s que nos cuesta aceptar. Han ido ganando terreno y poder hasta el punto de impedirnos avanzar hacia lo que realmente queremos y es importante para nosotr@s.
¿Cómo podemos superar el autosabotaje?
Tal y como he comentado en el apartado anterior, el hecho de conocer cuáles son las causas del autosabotaje en cada uno de nosotr@s es imprescindible porque será hacia donde nos enfoquemos para superarlo. Será nuestra hoja de ruta.
Podemos dividirlo en tres fases:
Fase 1: toma de conciencia
En esta primera fase tomaremos conciencia de nuestro propio sabotaje. Será nuestra primera pieza de cambio, nos hacemos cargo y tomamos las riendas de nuestra vida.
Fase 2: aceptación
Aceptación de nuestros propios miedos, creencias limitantes y malestar. Si en lugar de evitarlos, reprimirlos, anularnos y huir de ellos, los aceptamos, seremos capaces de manejarlos y exponernos a ellos.
Fase 3: cambio
En esta fase nos ponemos el «mono de trabajo». Cuidaremos de nuestra autoestima, trabajaremos la motivación, no nos dejaremos atrapar por nuestras creencias limitantes, aprenderemos a distanciarnos de ellas. Conoceremos nuestros puntos fuertes y aprenderemos a no tirar la toalla y a perseverar en nuestros objetivos.
Dentro de esta fase, un punto muy importante será el de focalizar en nosotros, en nuestro yo, en nuestras necesidades. Descubrir qué es lo que realmente queremos.
Cuídate, coge las riendas de tu vida, enfócate hacia lo que es importante para ti y deja de autosabotearte.